Historia

Fonderie Valdelsane

Fonderie Valdelsane tiene su origen en 1961, cuando la pasión y el empeño de los tres miembros fundadores consagraron el nacimiento de una pequeña actividad artesana en Colle Val d’Elsa, en el corazón de Toscana. Una actividad de tamaño modesto, pero con grandes perspectivas.

La fuerte tradición vidriera de la región, como resultado de las valiosas producciones vitivinícola y oleícola, determinó la decisión de la empresa de guiarse hacia una total especialización en la fabricación de hierro fundido especial para moldes de vidriería desde los primeros años de actividad.

El crecimiento continuo llevó rápidamente Fonderie Valdelsane a cruzar los límites regionales -y después nacionales- llegando a ser, en los años 90, un punto de referencia para todos los operadores del sector.

La calidad de las fundiciones, constantemente desarrolladas y mejoradas, el uso de técnicas avanzadas de producción, la velocidad de entrega y, por lo tanto, el crecimiento de las cantidades solicitadas por un mercado siempre más internacionalizado, han determinado la necesidad de continuas ampliaciones y procesos de automatización de las instalaciones. La actual sede de Monteriggioni, inaugurada en 1990, ha sido repetidamente objeto de obras de expansión y renovación. Solamente en el trienio 2013-2015, el área cubierta ha aumentado de 2.000 m2, alcanzando un total de 8.000 m2.

En los últimos años la compañía ha logrado mantener su papel de liderazgo en el sector gracias a las inversiones en nuevas tecnologías y recursos humanos, así como a las relaciones consolidadas de colaboración con sus socios.

Los certificados de conformidad ISO 9001 -desde el 1996- e ISO 14001 y los numerosos reconocimientos en el ámbito de la calidad, seguridad y medio ambiente, así como las mejoras que se realizan diariamente en la cadena de producción, permiten hoy en día a Fonderie Valdelsane mirar hacia el futuro con entusiasmo renovado.

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